El misterio del Long Lines Building: La historia del rascacielos sin ventanas de Nueva York.
El pasado mes, se publicó el periódico El confidencial un interesante artículo sobre el Long Lines Building escrito por Ada Nuño en el que nos consultaron para responder a algunas preguntas sobre este misterioso edificio de Nueva York.
Os dejamos el enlace para que podáis leerlo: El misterio del Long Lines Building: la historia del rascacielos sin ventanas de Nueva York.

A continuación os contaremos un poco más acerca del Brutalismo, la utilidad de un edificio sin ventanas y algunos ejemplos en Madrid.
El Brutalismo en Arquitectura
Lo primero de todo recordar que el término “Brutalista” en arquitectura posee connotaciones diferentes a las reflejadas en otros ámbitos. Destacar por ello que “Brutalismo” proviene del término francés “béton brut” que se traduce como hormigón crudo, lo cual hace referencia a su materialidad más que a su imagen, ya que expresa el material estructural en el exterior del edificio.
Para poder entender mejor si el Long Lines Building responde a una simbología, hay que tener en cuenta el contexto de la situación del momento en el que se construyó el edificio. Así pues, su inicio se remonta a 1969 y la terminación de la obra en 1974, en plena guerra fría. Su imagen robusta, rígida e impenetrable puede llegar a entrever lo que se quería trasmitir del edificio que albergaría uno de los centros de telecomunicaciones más importantes de Estados Unidos.
Los edificios tienen que reflejar su carácter, al igual que las sedes de los bancos en el s. XVIII con zócalos de piedra, transmitiendo que el dinero está a buen recaudo bajo esos muros. Es por ello que la arquitectura brutalista encontró un fiel aliado en los edificios gubernamentales.
El brutalismo como estilo arquitectónico defiende la expresión al exterior de los materiales estructurales, en especial el hormigón, las geometrías rectas, la claridad en los volúmenes y la escala monumental.
Por esto, en muchas ocasiones los edificios brutalistas se tornan en iconos, por su función (albergan casi siempre usos públicos) y por su imagen.
Este estilo surge a finales del movimiento moderno, el cual, había creado el marco perfecto de investigación geométrica con un lenguaje de líneas sencillas, renuncia a la ornamentación y una materialidad en la que el hormigón era el claro protagonista.
Ley de Zonificación de 1916 de New York
Además, el Long Lines Building recuerda a los dibujos de Hugh Ferris para la envolvente teórica de la Ley de Zonificación de 1916 de New York. En la cual se establecían unos parámetros volumétricos muy interesantes para la construcción de edificios.

La utilidad de las ventanas en un edificio como el Long Lines Building de Nueva York
La utilidad de un edificio es mayor o menor si cumple con las expectativas de uso que este tenga.
Por lo tanto, en este caso es funcionalismo en estado puro. El edificio no necesita luz solar para albergar un centro de telecomunicaciones, más bien, es mejor poder controlar la iluminación de manera artificial.
Long Lines Building es la máxima expresión de utilidad y su clara transmisión al exterior. El propio edificio nos dice qué uso tiene.
En cuanto al tema de la ventilación, por ejemplo, un rascacielos, en muchas ocasiones tiene una piel de vidrio, o está lleno de ventanas como coloquialmente se podría decir. Sin embargo, ninguna de ellas se puede abrir y la ventilación del edificio se realiza a través de instalaciones mecánicas de impulsión y extracción de aire.
La construcción de este tipo de edificios no es compleja, ya que su estructura, al ser en la mayoría de los casos de un mismo material, agiliza los trabajos y los tiempos. Por su geometría, con grandes piezas o repeticiones de las mismas vuelve todo mucho más sencillo. La piel del edificio es la misma estructura y en este caso concreto ni siquiera hay que pararse a realizar ventanas.
¿En Madrid hay edificios así?
En Madrid, un ejemplo de arquitectura brutalista, uno de nuestros preferidos en Intenso, que da la percepción que no tiene ventanas, es la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Filipinas del arquitecto Cecilio Sánchez-Robles Tarín. Un edificio de estilo brutalista y carácter sobrio, que consigue un tratamiento de la luz maravilloso en el interior.

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Creditos
Portada: David Schalliol
Fachada Long Lines Building: Lars Plougmann
Dibujo Ley de Zonificación de New York 1916: The Metropolis of Tomorrow. Hugh Ferris
Fachada Nuestra Señora del Rosario de Filipinas: Carlos Copertone